Culteranismo

Polifemo y Galatea o Polifemo enamorado, fresco de Aníbal Carracci en el palacio Farnesio de Roma

Culteranismo

Sobrenombre que se la da despectivamente al cultismo. Se refiere a un estilo poético que nace entre finales del siglo VI y principios del VII, que se caracteriza por el uso continuo de la alegoría, latinismos, perífrasis, sintaxis compleja y metáforas mitológicas en las que se mencionan a Faetón, Júpiter,  Polifemo, Ida etc.

Se le llamó cultismo a la pretensión de hacer poesía con cultura, “poesía nutrida en los recónditas sustancias de la gramática y la erudición”[1] y su mayor exponente fue el poeta cordobés Luis de Góngora y Argot. Por esta razón, se refiere al cultismo como “la manera oscura”, “revolución gongorina” o simplemente “gongorismo”[2].

El cultismo es minucioso en el cuidado y el uso del lenguaje, en el cual se procura enrarecer la palabra tornándola un poco oscura. De ahí que Góngora haya sido señalado de “poeta oscuro” al final de su vida. Este estilo nace como respuesta a un movimiento contemporáneo llamado “conceptismo” -con el cual según los críticos, no posee muchas diferencias-, que poseía un estilo más popular frente al culteranismo, pues éste último se radicaba en la dificultad cortesana para entender las obras literarias. Ya decía Góngora “Deseo hacer algo, no para los muchos”.

El cultismo, representado por Góngora, se da en la lírica, mientras que el conceptismo, representado por Francisco de Quevedo, se desarrolla en la prosa. Las diferencias entre ambos conceptos residen esencialmente en que el conceptismo es una exacerbación ideológica mientras que el cultismo consiste en preciosismo lingüístico.  El primero respeta la lengua tradicional y el segundo va más allá. Ejemplo de ello es el empeño de Góngora por latinizar la lengua castellana y retorcer su estructura.

La poesía de Góngora, además, se mueve dentro de las cualidades sensoriales de los objetos y por ello también es llamado un “poeta de la sensualidad”. Hace uso de la paráfrasis como herramienta expresiva:

Su boca –y sus ojos- cuando pudo.

al sonoro cristal- al cristal mudo.

En este verso “el sonoro cristal es el agua, a la que se le da a la boca; el cristal mudo es la piel de la ninfa, a la que se la dan los ojos.”[3]. El uso de piedras preciosas es constante en este autor.

Otros ejemplos de la complejidad en la poesía de Góngora y el uso de la paráfrasis y metáforas son los versos siguientes:

-«El rubicundo Apolo tendió sus cabellos de oro. “: La hora del alba.

-«Cuyo lascivo esposo vigilante doméstico es del sol nuncio canorio»: un gallo.

-“Esquilas dulces de sonora pluma”: Pájaros.

-“Cerulea tumba fría”, “Pabellón de espuma” O “húmido templo de Neptuna”: El mar.

Por: Dayanna Ramírez 

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Documentos consultados 

Reyes, Alonso. II Tres Alcances A Góngora. DE: OBRAS ESCOGIDAS (1986). Editorial Oveja Negra.

http://www.d.umn.edu/~rseybolt/Movimientoscult/Culteranismo.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Culteranismo

http://www.wordreference.com/definicion/culteranismo


[1] Reyes, Alonso. II Tres Alcances A Góngora. DE: OBRAS ESCOGIDAS (1986). Editorial Oveja Negra. Pág 62

[2] Véase definición de Gongorismo

[3] Reyes, Alonso. II Tres Alcances A Góngora. DE: OBRAS ESCOGIDAS (1986). Editorial Oveja Negra. Pág 69

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